sábado, 30 de junio de 2012

NO ME DIGAS NADA.



Creías con temor que tu venerada imagen,
ésa, que con tanto cariño marcada llevo,
la dejaría perderse en el infame olvido,
dejando de recordar lo que te debo.
.
Llegas casi siempre al amanecer,
cuando el alba fresca me despierta,
para llenarme con tu presencia
al encontrar mi puerta abierta.
.
Te dejas ver cuando menos lo pienso.
A veces en un agotador camino,
cuando mis penurias se estrellan,
maldiciendo mi cruel destino.
.
Pero durante el grandioso sueño,
que la diosa benigna me ha acicalado,
te siento sonreír, respirar cerca de mí,
pensando que nunca me has dejado.
.
Luego, a pesar de mis ruegos, me abandonas,
dejando en tu estela una promesa futura,
que nuevamente con el tiempo vendrás,
a quitarme esta terrible amargura.

1 comentario: